Camino del desarrollo de la energía
El enfoque Ontogónico reconoce que participamos en un sistema abierto de energía que sostiene y contribuye a nuestro bienestar; y que, en gran medida, regula nuestra capacidad de crecer, transformarnos y evolucionar. Existen prácticas y “tecnologías”, antiguas y modernas, que ayudan a construir, purificar y manejar nuestra energía con resultados importantes que a menudo cambian nuestra vida.
Un ejemplo de esto es el chi-kung, o qigong, como se le conoce en China, donde fue mantenido en secreto durante siglos y donde se abrió de nuevo al público hace menos de dos generaciones. El chi-kung es un sistema de posturas, movimientos, meditaciones y técnicas de respiración que nos permite trabajar con la fuerza de vida pura (chi), expandiendo nuestra capacidad y movilizando nuestra vida de formas nuevas.
Sea que se le llame chi o que se le dé cualquiera de los demás nombres con que se le estudia o conoce (prana en sánscrito, ki en japonés, maná en el Antiguo Testamento, orgón, bioplasma, fuerza X, etc., en tiempos más modernos) la presencia incondicionada del campo de energía universal es como un río que fluye en la dirección de nuestra evolución. Gradualmente, nuestra conciencia y entendimiento se expanden para comprender la verdadera naturaleza de nuestra realidad energética.
Todo lo que es conocido y lo que es desconocido, lo físico y lo sutil, es energía. Nosotros somos energía. Y aunque no es fácil hablar de energía, es todavía más difícil hablar de conciencia y/o de esa conciencia pura y primordial que podríamos llamar amor. A través de la ciencia, especialmente de la mecánica cuántica, podemos percibir el inicio de un puente que tal vez algún día llegue a conectar todo esto, facilitando nuestras conversaciones y unificando nuestras teorías.
Mientras tanto, tenemos la libertad para explorar las enseñanzas y practicar tecnologías que alivian la tensión, disuelven bloqueos, promueven la salud, fuerza, coraje y sabiduría en todos los niveles de nuestro ser, desde los más densos hasta los más sutiles. El desarrollo de la conciencia depende de nuestro trabajo con la energía. Si queremos elevar el nivel de conciencia, debemos elevar el nivel de energía. De igual modo, un cambio en nuestro estado de conciencia implica un cambio directo en nuestra energía.
Por lo tanto, una clave real para el crecimiento personal es el manejo adecuado de nuestra energía. No sólo debemos usarla para desbloquearnos, sino para crecer y cambiar también nuestra realidad. Ya sean espirituales o psicológicos, todos los caminos de desarrollo personal implican maneras de manejar energía en sus diferentes formas.
Cuando trabajamos con nuestra energía, nos demos cuenta o no, estamos trabajando en la mente, las emociones y el cuerpo en todos sus niveles. La profundidad y calidad de nuestra experiencia en el aquí y ahora dependerá de la cantidad de energía a nuestra disposición. Una energía poderosa y pura permite las experiencias intensas y trascendentes que relacionamos con el amor o con lo divino. Como practicantes comprometidos, podemos aprender a intercambiar chi con el universo, transfiriendo armoniosamente energía para beneficiar a todos los seres vivos. Esta forma es, en sí misma, un camino.
– “Regreso al Flujo” Dr. Carlos de León
"Amar la sincronicidad divina y, a través de ella, amarnos a nosotros mismos y a los demás es la meta del manejo de energía."